Some songs are diamonds

Un descarte que se convirtió en un pequeño éxito para un artista en declive. Corrían los primeros años 90 y Tom Petty estaba que se salía. Liberado de su (tortuoso) contrato discográfico con la MCA, Tom preparaba su estreno para Warner en su mejor momento creativo. Tanto, que intentó que Wildflowers fuese un álbum doble, pero como en la compañía no lo vieron tan claro hubo que ponerse a descartar canciones. Y esta fue una de ellas, por similitudes en la letra a la del que entonces era su éxito más reciente, Mary Jane’s Last Dance, otra historia de mujer fatal en tercera persona. La maqueta de Leave Virginia Alone acabó en manos del mánager de Rod Stewart, que tuvo que convencer a su patrón de que la grabase, porque el más escocés de todos los londinenses no acababa de ver potencial en el tema. A veces los mánagers son algo más que un grano en el culo y esta fue una de ellas. Rod cosechó un pequeño éxito (llegó a ser número 1 en Canadá) en una carrera que ya llevaba tiempo en caída libre. La crítica también elogió su gusto a la hora de interpretar un medio tempo cien por cien rubio de Gainesville.

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